Presentación
Historia Obrera es una apuesta colectiva en la que confluimos docentxs de diferentes universidades nacionales e investigadorxs del CONICET que nos especializamos en el estudio de la historia del movimiento obrero. Además de nuestras propias producciones, ofrecemos diversos materiales realizados de manera interdisciplinaria con músicxs, cineastas, realizadorxs audiovisuales, dibujantxs, diseñadorxs web, escritorxs y dirigentxs sindicales que también se interesan por la historia obrera.
Nuestro proyecto está guiado por una idea rectora: ofrecer narrativas complejas mediante dispositivos y soportes atractivos y accesibles que combinen los aportes de la investigación histórica con otras disciplinas artísticas y científicas.
¿Quiénes hacemos Historia Obrera?
Equipo de producción y comunicación
Investigadorxs / Coordinadorxs de secciones
La historia y su divulgación
Desde el inicio de la vida en sociedad, los relatos sobre el pasado han cumplido una función social fundamental: transmitir saberes, forjar identidades, atesorar memorias, legitimar el poder, reforzar la cohesión comunitaria, atizar rebeliones, entre otras tantas posibilidades. Por este motivo siempre hubo quienes destinaron su tiempo, conocimientos y habilidades a divulgar historias. En sociedades donde muy pocas personas practicaban la lecto-escritura, estos relatos sobre el pasado se transmitían mediante la poesía recitada, canciones, obras de teatro, dibujos, por citar ejemplos destacados. Estructuras narrativas que apelaban, sobre todo, a despertar la curiosidad y las emociones.
Fue durante la Edad Contemporánea cuando la Historia se profesionalizó y afianzó como disciplina, jerarquizándose en universidades e institutos de investigación. Convertida en una ciencia social o en una disciplina humanística ganó en calidad y potencia explicativa. Pero, simultáneamente, se fue alejando de las mayorías al utilizar un lenguaje erudito. Así, los relatos históricos producidos en ambientes académicos comenzaron a diferenciarse de la historia que circulaba entre la población.
Desde inicios del siglo XXI, en pleno auge de la nociva teoría de la post verdad, y tal vez como una deseable reacción a ella, el mundo académico está atravesando un cambio al asumir el desafío de acercar al público los resultados de sus investigaciones desde nuevos dispositivos, formatos y narrativas.
En este contexto, Historia Obrera busca convertirse en un espacio en el que las trabajadoras y los trabajadores, en especial, y la población, en general, puedan acceder a diversos materiales en clave de divulgación a partir de variados soportes y recursos discursivos y estéticos.
En la web de Historia Obrera, entre otros productos culturales, encontrarán canciones, ilustraciones, fotos, podcasts, textos cortos, efemérides, películas, documentales, conversaciones radiales, entrevistas televisivas y libros de investigaciones académicas, es decir, formatos diversos que apuntalan múltiples registros y sensibilidades al momento de abordar la historia.
La formación intelectual y sindical de lxs trabajadorxs
Uno de nuestros propósitos principales es divulgar historia obrera para aportar a la formación intelectual y sindical de lxs trabajadorxs. Los contenidos de Historia Obrera son producto de un trabajo transdisciplinario que venimos desarrollando desde hace varios años y en el que confluyen investigadorxs, dirigentes sindicales, profesionales del ámbito cultural y artistas. El desafío que le da sentido a esta articulación se relaciona con un objetivo compartido: generar materiales de buena calidad y rigurosos en términos científicos y, al mismo tiempo, atractivos para interesar a un número amplio de trabajadorxs, sobre todo a quienes pertenecen a las generaciones más jóvenes.
Nuestro interés por la formación sindical e intelectual de lxs trabajadorxs se relaciona, además, con el horizonte de disputar sentidos históricos, presentes y futuros en el debate público en torno al movimiento obrero, el sindicalismo y lxs trabajadorxs, no sólo en los ámbitos sindicales y universitarios, sino también en circuitos informativos, ideológicos y culturales más amplios.
Estamos convencidos de que es sustancial que las organizaciones del movimiento obrero asuman la lucha contra las desigualdades producidas por la explotación y las opresiones de clase, de género, étnicas, nacionales, entre otras. Pero entendemos que esta potencialidad no es automática. Requiere de la crítica colectiva y pública de las situaciones concretas de explotación y opresión para construir una sensibilidad que haga de la clase obrera un sujeto social con un sentido histórico y político transformador.
Para encaminar y perfilar esta sensibilidad, militantes políticos, activistas sindicales, investigadorxs, gestorxs culturales y artistas han sido fundamentales en distintas épocas y diferentes lugares, aportando de diversas maneras en las disputas de sentido, en las batallas de ideas, que se dieron y se dan por la definición de las subjetividades humanas. Si bien en la actualidad se continúa reconociendo como deseable esta vinculación y se hacen esfuerzos en esta dirección, sus posibilidades, su potencialidad y los caminos para avanzar en articulaciones concretas merecen un espacio mayor de reflexión y confluencia, tanto en los ámbitos universitarios, culturales e intelectuales como en el movimiento obrero.
Las disputas de sentido se enmarcan siempre en coyunturas concretas. El siglo XXI trajo consigo cambios productivos y geopolíticos globales que han agudizado tendencias vigentes desde hace décadas: el aumento de la brecha entre ricos y pobres, la creciente feminización y precarización de la fuerza laboral, el surgimiento de formas de trabajo novedosas que combinan las tecnologías de punta y la sobre-explotación, el debilitamiento de las organizaciones obreras. Tendencias que la actual pandemia promete profundizar. Por ello, aunque las razones para mantener los antiguos horizontes reivindicativos y emancipatorios siguen más vigentes que nunca, no podemos contentarnos con sólo repetir las viejas fórmulas.
Si queremos contribuir a la producción de subjetividades críticas es necesario tomar en cuenta no solo los nuevos escenarios económicos, sociales y políticos sino también los enormes cambios producidos en la cotidianeidad obrera. A su vez, y en relación a ello, debemos considerar y aprovechar los nuevos recursos pedagógicos, tecnológicos, estéticos y comunicativos disponibles, los que pueden convertirse en valiosas y potentes herramientas para los fines que nos proponemos. Es preciso, por lo tanto, focalizar la atención sobre la cuestión, analizar críticamente la situación e ir ensayando distintas posibilidades. En estas preocupaciones, y en estos quehaceres, es que se inscribe Historia Obrera.
Nuestros pormotores
Historia Obrera no sería posible sin el impulso de sus promotores. Ciertamente, los pasos iniciales de este proyecto se los debemos a los sindicatos que en los últimos quince años nos fueron convocando para realizar actividades de formación gremial y divulgación histórica. Fueron ellos los que valoraron nuestra tarea, los que nos estimularon a preparar intervenciones acordes al ámbito sindical, los que nos involucraron en sus problemáticas, proyectos y anhelos. Fueron quienes nos señalaron lo que se avanzó y todo lo que resta por hacer en el plano cultural e intelectual para mejorar la formación en el conocimiento histórico de los trabajadores y las trabajadoras, y de este modo potenciar su organización y sus perspectivas transformadoras.
En estos sindicatos nos hablaron de la batalla de ideas, de resistir la arremetida ideológica antiobrera del neoliberalismo y el imperialismo, de la importancia de que lxs trabajadorxs conozcan las experiencias pasadas de su clase, de renovar los contenidos, los soportes y las formas de comunicación para enseñar, aprender y debatir la historia. Ahora, si bien es cierto que fueron varios los sindicatos con los que compartimos actividades, el impulso inicial para estructurar Historia Obrera como un proyecto colectivo y articulado se lo debemos especialmente al Sindicato del Subte, a Luz y Fuerza Mar del Plata y la Asociación del Personal Universitario de Mar del Plata.
Nuestra apuesta, y la de ellos, es que con el paso del tiempo sean muchos más los sindicatos que se sumen a este emprendimiento colectivo que vamos edificando docentes, investigadorxs, intelectuales, militantes gremiales, trabajadorxs del ámbito cultural y artistas. Desde estas coordenadas, queremos que Historia Obrera sea un espacio de encuentro y confluencia, amplio y fraterno. Queremos definirnos desde la ayuda mutua y la solidaridad, prefigurando así valores que consideramos imprescindibles para construir la sociedad futura.
Nuestro objetivo es apuntalar en el plano cultural e intelectual una orientación que fomente la unidad de lxs trabajadorxs y sus organizaciones, pero respetando su diversidad. Nos interesa entendernos y confluir aceptando nuestras diferencias. Queremos trabajar en conjunto en la formación sindical e intelectual de lxs trabajadorxs aun sabiendo que tenemos distintos puntos de vistas, experiencias y posicionamientos. Deseamos nutrirnos de esta variedad, en el intercambio y el debate, en la posibilidad de complementarnos para afianzar y potenciar perspectivas colectivas, colaborativas y organizadas que se identifiquen con las reivindicaciones, los impulsos y los sueños de transformación social y cultural de lxs trabajadorxs.
¿Por qué Historia Obrera?
Como nuestro nombre lo indica, asumimos la tarea que nos propusimos desde una perspectiva situada y específica: ¡haremos y divulgaremos historia obrera! Esta definición tiene múltiples dimensiones que nos gustaría compartir con ustedes.
Historia Obrera es una expresión que podríamos relacionar en primera instancia al sujeto que abordamos en nuestras intervenciones, ya que los análisis, los relatos y los materiales que producimos están vinculados centralmente a la historia de los trabajadores y las trabajadoras. De igual modo, está signada por el enfoque de nuestra labor como historiadorxs, ya que quienes participamos de Historia Obrera nos abocamos principalmente a estudiar y escribir sobre distintos aspectos de la vida de las obreras y obreros. A su vez, pone de manifiesto que, en tanto docentxs e investigadorxs, nos asumimos como trabajadorxs intelectuales y de la educación, y, por ende, en términos de nuestra propia identidad, la nuestra también es una Historia Obrera.
¿Para qué Historia Obrera?
Lxs trabajadorxs cuentan con largas tradiciones de construcción de organizaciones, luchas, huelgas, movilizaciones y debates que han forjado las identidades de la clase obrera. La última dictadura militar, el neoliberalismo y el imperialismo han hecho su mejor esfuerzo para que, parafraseando a Rodolfo Walsh, lxs trabajadorxs no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires, para que cada lucha deba empezar de nuevo separada de las luchas anteriores. En definitiva, han hecho esfuerzos para que la historia sea también propiedad privada de los dueños de todas las otras cosas. Sin embargo, lxs trabajadorxs de Argentina (de Latinoamérica y del mundo) supieron resistir, sostenerse, reacomodarse, rearticularse y seguir organizándose y luchando.
Apostamos, entonces, como historiadorxs, a rescatar y divulgar sus tradiciones, modos de vida, identidades, festividades, sexualidades y experiencias, así como sus instituciones (sindicatos, bibliotecas, centros culturales, clubes, etcétera). Nos interesa reflexionar sobre conceptos centrales de su constitución en tanto sujeto colectivo tales como: ayuda mutua, solidaridad de clase, camaradería, compañerismo, unidad, lucha, organización, transformación social, reformismo, revolución. En síntesis, nos interesa estudiar y analizar todo aquello que tenga que ver con el devenir histórico de las trabajadoras y trabajadores.
Ciertamente, las experiencias, tradiciones e instituciones que han construido lxs trabajadorxs y el movimiento obrero organizado han costado miles de horas, esfuerzos y sacrificios, incluso muchas vidas. Hubo inventiva, copias y adaptaciones. Tuvieron aciertos y equivocaciones. Con el paso del tiempo, fueron muchos los aprendizajes y es innegable que se han logrado avances. Se consiguieron victorias y claro está que también se han sufrido derrotas. Nuestra certeza es que toda esta historia pertenece a lxs trabajadorxs y no debe perderse. Ahí estará puesto centralmente nuestro empeño. Tenemos que impedir que se rompa ese lazo, no podemos dejar que se corte esa transmisión entre generaciones. Si se pierde ese contacto estaremos en retroceso y desecharemos años de experiencias, ensayos y aprendizajes. ¿Por qué empezar otra vez de cero cuando tenemos a la historia para recurrir a ella?
La historia no ofrece recetas infalibles, ni soluciones de manual para los problemas actuales y futuros, pero su conocimiento nos brinda un material de consulta muy valioso que nos ayuda a pensarnos y a plantearnos nuestras situaciones particulares con mejores criterios y perspectivas. Para eso impulsamos Historia Obrera. Aspiramos, por lo tanto, a construir y ofrecer saberes históricos atractivos, interesantes, relevantes y útiles para lxs trabajadores, sus organizaciones y el movimiento obrero.
¿Qué es lo obrero?
Hay palabras cuyos significados todxs creemos conocer. Sin embargo, al momento de pensar en su definición, y al avanzar en su elaboración profunda, comienzan a surgirnos dudas que ni siquiera sabíamos que las teníamos. Cuando abordamos sujetos sociales esta situación es aún más recurrente, y emergen preguntas sobre el contenido, las facetas, la temporalidad y los límites de ese sujeto que queremos delimitar. Entonces, ¿qué es lo obrero?
La condición obrera, para nosotrxs, tiene múltiples dimensiones y, por lo tanto, evitaremos cualquier definición reduccionista y acotada. En términos generales, podemos concebir como obreros u obreras a quienes realizan algún tipo de trabajo y necesitan vender su capacidad de trabajar, es decir su fuerza de trabajo, para ganarse la vida. Son aquellxs que han sido desposeídxs de los medios de producción, mediante violentos procesos que transformaron la naturaleza en propiedad privada de unos pocos. Son quienes han sido excluidxs del poder político y despojados de la posibilidad de decidir libremente sobre cómo obtener sus medios de vida. Son quienes pertenecen a las clases sociales explotadas y oprimidas. Son aquellxs cuya posición en los sistemas económicos, políticos y culturales dominantes es de subordinación y subalternidad. Pero son también aquellxs que recurrentemente tienen impulsos e iniciativas para terminar con todas estas injusticias que sufren las grandes mayorías.
La mutilación de la amplitud de lo obrero en el campo conceptual habilita reducciones y exclusiones en el campo de la lucha social, política y cultural, alimentando la fragmentación. Una concepción acotada de lo obrero achica las posibilidades de los proyectos colectivos fraternales que queremos conformar, con múltiples y diversxs compañerxs de rutas que en última instancia son, como nosotrxs, obrerxs. En este sentido la diversidad se podría llevar muy bien con la unidad, y en esa articulación nos interesa confluir y aportar. Esta apuesta en el presente y hacia el futuro puede ser apuntalada desde el estudio de la historia, y por eso es importante definir con claridad los conceptos, las metodologías y las perspectivas con las que vamos a estudiar lo obrero.
No queremos dejar afuera a nadie que pertenezca en un sentido abarcativo al mundo de lo obrero, estamos en contra de las exclusiones, las postergaciones y las jerarquizaciones estereotipadas. Estamos contra las injusticias que se cometen mediante el olvido y la discriminación, tanto en el pasado como en el presente y el futuro. Nuestra mirada de lo obrero está atenta a cuestiones económicas, socio-laborales, referidas al sistema productivo o reproductivo, culturales, temporales, de género, sexuales, de edad, étnicas, geográficas, de escala territorial, organizativas, políticas, ideológicas, tradicionales, festivas, identitarias, etcétera. Es en estas múltiples dimensiones, las que se articulan entre sí, que estudiamos la historia obrera. Por lo tanto, nuestro horizonte es una historia integral de lxs obrerxs en tanto proletarixs, explotadxs, oprimidxs y subalternxs.
Las secciones de Historia Obrera
Historia Obrera propone diferentes secciones donde investigadorxs y docentes especialistas en la historia de lxs trabajadorxs abordan temáticas específicas a partir de formatos pensados, acordados y proyectados previamente. Nuestro objetivo es generar distintos dispositivos, cada uno con características propias, que habiliten múltiples maneras de abordar la historia obrera. Estamos convencidos de que la divulgación histórica no es una sola, ni que hay un solo modo de hacerla. Los intereses, las sensibilidades y los hábitos de consumo cultural de quienes nos sentimos atraídos por la historia son diversos, por lo tanto apostamos a que esta diversidad se vea reflejada en las lógicas, los recursos, los formatos, las narrativas y las estéticas que ofrecemos.
SECCIONES
Retazos de Historia Obrera
Esta sección, coordinada por Gustavo Nicolás Contreras, presenta un novedoso artefacto cultural multimedia que engloba y articula en su estructura un libro, un disco, un cortometraje, columnas radiales, fotografías e ilustraciones. Esta diversidad de recursos y soportes, desde diferentes materiales y sensibilidades, abordan pasajes de la historia de la clase obrera argentina en la primera mitad del siglo XX. Así, un mismo episodio, por ejemplo, es considerado provechosamente desde variados enfoques, dispositivos y narrativas, apuntalando distintas dimensiones de los procesos históricos.
Apuntes Radiales de Historia Obrera
Esta sección, coordinada por Federico Avalos y Gustavo Nicolás Contreras, está conformada por columnas radiales sobre historia del movimiento obrero. Las mismas fueron emitidas entre los años 2012 y 2017 en el programa radial El Brote, que transmite Radio Universidad de Mar del Plata y retransmite Radio De la Azotea. Cada podcast se detiene en una temática específica y está acompañado por un breve texto introductorio. Muchos de ellos cuentan con invitadxs que son especialistas en ciertas áreas de conocimiento vinculadas a la historia obrera.
Colección La Argentina Peronista: política, sindicalismo, cultura
Esta sección, coordinada por Gustavo Nicolás Contreras y Silvana Ferreyra, pone a disposición del público en general distintos materiales relacionados a los libros de la Colección La Argentina Peronista: política, sindicalismo, cultura. En ella podrán encontrar índices, introducciones, notas periodísticas, reseñas académicas, fotos de presentaciones. Lo interesante de la colección es que sus libros son escritos por investigadorxs de universidades nacionales y del CONICET en clave de síntesis y de divulgación histórica. Cada uno de ellos aborda temas centrales de la política, el sindicalismo y la cultura de la Argentina del siglo XX, en los que lxs autores son reconocidxs como especialistas.
Mitin de Historia Obrera
Esta sección, coordinada por Andrea Andújar y Laura Caruso, busca poner en circulación textos breves que contengan diferentes formas de contar e interpretar el pasado obrero a partir de sujetos diversos, con sus trabajos, formas de organización, maneras de pasar el tiempo, de ver el mundo y de querer cambiarlo -o no tanto-. En Mitin podrán leer, entonces, historias de una clase obrera variada y multidimensional, formada por mujeres, varones, niños, niñas y personas con múltiples sexualidades, orígenes nacionales, edades e ideas muy distintas. Es desde esta diversidad que lxs trabajadorxs fueron capaces de construcciones colectivas potentes, con sus organizaciones y acciones de protesta. Entonces, sostendremos desde Mitin que sólo desde las múltiples dimensiones de la vida obrera podremos armar un mapa completo de la historia de la clase trabajadora.
Efemérides de Historia Obrera (en construcción)
Esta sección, coordinada por Juan Iván Ladeuix y Pablo Ghigliani, busca recuperar acontecimientos importantes en la historia de la clase obrera y de lxs trabajadxres en pos de analizar, reivindicar y conmemorar su propia historia. Las efemérides, pues, nos permitirán aportar a la construcción de la identidad histórica de la clase obrera y los sectores populares, conformando así una memoria común, aunque diversa y polifacética, apuntalando un sentido de comunidad en el pasado y en el presente. Por lo tanto, proponemos, mediante la colaboración de distintxs investigadorxs, producir una serie de textos breves y de recursos gráficos multimediales que contribuyan a ello.
El lenguaje inclusivo, una aclaración
Quien recorra el contenido de este sitio web podrá ver que, mientras algunas secciones fueron escritas utilizando el tradicional genérico masculino, muchos de los textos utilizan un lenguaje que visibiliza la presencia de las mujeres en la historia. La diversidad de usos del lenguaje en esta página refleja la variedad de contextos de producción de los textos aquí ofrecidos y, simultáneamente, da cuenta de las charlas y debates que fuimos asumiendo a medida que transitamos la construcción de este espacio. En relación a esto, es necesario decir que fueron las luchas del movimiento feminista y las perspectivas de los estudios de género los que llamaron nuestra atención sobre la necesidad de visibilizar explícitamente la presencia de las mujeres y de sexualidades divergentes en la historia. Ciertamente, la escritura no ha sido ajena a la opresión de género.
El uso del lenguaje inclusivo, entonces, no solo es un acto de justicia con el lugar y el protagonismo que las mujeres y las personas con sexualidades divergentes han tenido en la historia. Su elección también se fundamenta en el rol que juega el lenguaje como herramienta para explicar hechos históricos y para la construcción de subjetividades y posicionamientos en el presente. Tuvimos, por lo tanto, que estudiar, debatir y ensayar, re-educarnos en un tipo de escritura, ir familiarizándonos con nuevas formas de leer. Al mismo tiempo, nos dimos cuenta que debíamos esperar un compromiso y un esfuerzo similar por parte de lxs lectorxs, quienes tendrán que acostumbrarse, incorporar e internalizar las nuevas modalidades que surgieron al respecto, ya sea con “trabajadoras y trabajadores”, “las y los…”, “les”, “@”, “x”, “e” u otras formas que seguramente seguirán proliferando con el paso del tiempo.
Sabemos que quienes no estén habituados a este lenguaje pueden encontrarlo incómodo en un primer momento. Pero les aseguramos que con el correr de las páginas irán acostumbrándose y el lenguaje inclusivo no será un impedimento para que transiten y disfruten los textos.
El lenguaje siempre fue una arena determinante de la lucha, y no dudamos en posicionarnos al respecto, sumándonos a los múltiples empeños que se vienen desarrollando por construir un mundo más justo, también en términos de género. Asumimos por lo tanto la necesidad de ir recorriendo este camino e ir ensayando escrituras en este sentido. Nuestra opción es apuntalar el uso del lenguaje inclusivo en lugar de utilizar el genérico masculino “los trabajadores”. Queremos elegir formas más precisas, como “lxs trabajadorxs” o “los trabajadores y las trabajadoras”, que nos ayuden a evitar que la historia de la clase obrera se confunda con la historia de los trabajadores varones heterosexuales.
Contacto
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