En esta columna abordamos la historia de las centrales obreras desde 1920 hasta las vísperas del peronismo. Este período se caracterizó por una fragmentación inicial de las centrales obreras, las que luego se unificaron en la Confederación General del Trabajo (CGT) durante la década del 30, aunque posteriormente se volvieron a dividir. Nuestro relato es guiado por los debates que incidieron directamente en los procesos de unificación y ruptura de las organizaciones de lxs trabajadorxs. Fundamentalmente, nos detenemos en la constante y compleja tensión entre acción sindical y acción política. En este debate cada posición se ha sostenido en dos convicciones difíciles de reconciliar. Por un lado, quienes pregonaban la necesidad de la unión de lxs obrerxs en los sindicatos, optando por postergar las identidades políticas, afirmaban que la fortaleza de lxs trabajadorxs residía en su unidad y en su número. Por otro lado, quienes abogaban por priorizar las perspectivas políticas e ideológicas de lxs trabajadorxs en los sindicatos sostenían que si estxs no se organizaban con perspectivas políticas e ideológicas propias dejaban el manejo de la sociedad en otras clases sociales y terminaban actuando solo como masa de maniobra de liderazgos ajenos. Finalmente, nos focalizamos en uno de los debates que se dieron en el seno de la CGT, el cual habilitó el apoyo de la central obrera a la Unión Democrática en 1942. Mientras que un sector proponía que lxs trabajadorxs fueran representadxs en esa alianza por los partidos de izquierda, otra parcialidad proponía que la CGT representara los intereses obreros por sí misma, siendo parte del frente electoral en primera persona.

 

Columna #5
Fecha de emisión: 14 de julio de 2012.
El Brote Nº 45, Radio Universidad FM 95.7 Mhz / de la Azotea FM 88.7 Mhz, Mar del Plata.


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