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1919: La primera huelga del magisterio mendocino

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28abrTodo el día1919: La primera huelga del magisterio mendocinoPor Matías Latorre

EFEMÉRIDE

Cuando la clase se imparte en la calle

Las suspensiones de las maestras sindicalizadas que fueron dispuestas por la Dirección General de Escuelas de la provincia representaron el detonante de la primera huelga del magisterio mendocino, convocada por su flamante organización gremial, Maestros Unidos

La inestabilidad laboral y el atraso crónico en el pago de los salarios fueron las causas que llevaron a la sindicalización de las maestras mendocinas a principios de 1919. Agrupadas primero en la Asociación Idea, a los pocos días surgiría Maestros Unidos, adhiriendo a la Federación Obrera Provincial Mendocina (FOPM) y a la Federación Obrera Regional Argentina del IX Congreso (FORA IX). Maestros Unidos se convertiría así en el primer sindicato docente del país en ingresar a una central obrera. La reacción del gobierno radical de José Néstor Lencinas sirve como testimonio de lo trascendental de la iniciativa para la época: rechazó el reconocimiento legal del gremio con el argumento de que la condición de género exponía a las maestras a la influencia corrosiva de la actividad de la clase trabajadora.

Las suspensiones dispuestas sobre lxs 180 agremiadxs dieron inicio a la primera huelga del magisterio. Para sorpresa de las autoridades, el conflicto habría de cobrar una fuerza inusitada. Niños y niñas en edad escolar, motivados por la injusticia cometida contra sus maestras, hubieron de sumarse a la lucha. Ambas huelgas –magisterial y estudiantil– paralizaron la actividad educativa, anticipando la ola de solidaridad con las maestras que desbordaría las calles mendocinas el 1ro de mayo. Estas acciones cimentaron el vínculo entre los heterogéneos eslabones de la clase trabajadora, amalgamando los intereses comunes forjados por personas de diferentes géneros, edades y funciones laborales dentro del sistema capitalista. Las medidas de lucha desplegadas por un novísimo sindicato docente, rodeadas de solidaridad de clase, y secundadas por componentes no organizados gremialmente –lxs pequeñxs huelguistas–, pusieron al descubierto la agencia combativa de las familias trabajadoras durante el conflicto.

Tras aquella fructífera experiencia de clase sobrevinieron amenazas, persecuciones y hostigamientos estatales y paraestatales que recayeron sobre las principales dirigentes docentes, Florencia Fossatti y Angélica Mendoza, entre otras. La falta de solución a las principales demandas del magisterio –salariales, de estabilidad, por derecho de agremiación– derivaría en dos nuevos paros sectoriales. Ambos culminaron en contundentes huelgas generales solidarias declaradas por la FOPM que habrían de interrumpir casi por completo el trabajo en la provincia: mientras que la huelga de agosto resultó triunfante, la de octubre no corrió la misma suerte. El movimiento fue caracterizado como antipatriótico, inmoral, sovietista y anarquizante. Tramitadxs como criminales, se desplegó una feroz represión policial que incluyó detenciones, allanamientos domiciliarios, cierre de locales obreros, encarcelamientos, secuestros y deportaciones interprovinciales. La dura derrota infligida a la clase trabajadora mendocina, sin embargo, no lograría opacar la potencia colectiva desplegada por mujeres, varones e infancias trabajadoras, lo que marcaría la identidad y combatividad del movimiento obrero provincial durante los años venideros.

Recursos

La revista Idea fue, en palabras de sus hacedoras, “la chispa que encendió la mecha” de aquel largo conflicto. La publicación del primer número, les valió la inmediata suspensión sin goce de haberes a sus editoras por desafiar las injusticias de aquel sistema educativo. A las 12 educadoras sumariadas se sumaron cientos, organizando Maestros Unidos. Ambas organizaciones compartieron a varias de sus dirigentes e Idea se conformó en la prensa responsable de comunicar lo que sucedía en las escuelas provinciales.  Entre sus principios se destacó el de “hacer efectiva la dignificación del maestro”: como quedaría demostrado durante las huelgas, aquello implicaría impartir la clase tanto en las aulas como en las calles.

Fuente: portada de la revista gremial y cultural Idea, lanzada el 13 de abril de 1919. Documento cedido gentilmente por la familia Camardella.

Funcionarios pertenecientes a la Dirección General de Escuelas realizaron el siguiente Manifiesto con el objetivo de distribuirlos y adosarlos a las paredes frontales de cada una de las escuelas provinciales que adhirieron a la primera huelga magisterial. El amedrentamiento público incluía las resoluciones de suspensión y cesantía, firmadas de puño y letra por el director de la repartición escolar, Enrique Julio. En ellas puede observarse el tratamiento propinado a “las maestras” y “directoras” sindicalizadas, tildadas de: sectarias, temerarias, sediciosas y anarquizantes. 

Fuente: Documento cedido gentilmente por Marisa Biain de Cara, nieta de una de las maestras fundadoras de Idea.

De la Vega, J. (1997). Mendoza 1919: ¡Huelga! El nacimiento de la sindicalización del magisterio mendocino. Mendoza: Ediciones culturales de Mendoza.

Latorre, M. (2019). “Entre la escuela y la prensa. Primeras experiencias de organización sindical docente en Mendoza (1919)”. Prohistoria. Historia, políticas De La Historia, (32), 97-126.

2019 © Historia Obrera de Gustavo Nicolás Contreras